El cometa 3I/ATLAS cambió de color tras su paso por el Sol y sorprendió a los científicos
Los expertos plantean nuevos interrogantes sobre la composición y el origen del objeto interestelar
El cometa 3I/ATLAS volvió a ser visible desde la Tierra después de su paso detrás del Sol y lo hizo con una característica inesperada: una coloración azul tenue, en lugar de su clásico verde brillante, que no figuraba en los registros anteriores.
3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar identificado mientras atravesaba el Sistema Solar, después de 1I/‘Oumuamua y 2I/Borisov. Se desplaza a más de 210.000 kilómetros por hora y sigue una trayectoria hiperbólica, lo que significa que no quedará capturado por la gravedad solar.
Su paso es único: llegó desde otro sistema estelar y, una vez que complete su aproximación, abandonará nuestro vecindario cósmico para no volver. Los astrónomos calculan que podría tener más de 7000 millones de años, lo que lo ubica como un cuerpo más antiguo que el propio Sistema Solar.
Los primeros registros del cometa durante el año mostraron un núcleo estimado en unos 20 kilómetros de diámetro. Su tamaño, sumado a una masa que supera los 33.000 millones de toneladas, lo convierte en el objeto interestelar más grande observado con claridad hasta ahora. Por esa razón, los equipos científicos se propusieron seguirlo con detalle desde el momento en que entró al Sistema Solar interior.
El cometa alcanzó su punto más cercano al Sol entre el 29 y el 30 de octubre, cuando se ubicó a 1,36 unidades astronómicas de la estrella, justo dentro de la órbita de Marte. Durante ese período, la posición del Sol bloqueó la vista desde la Tierra, pero los investigadores mantuvieron el seguimiento mediante telescopios espaciales y modelado orbital.
Apenas reapareció en el cielo del hemisferio norte, los astrónomos confirmaron que todavía conservaba estabilidad estructural y que mostraba un brillo mayor al esperado.

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