Fue a Ahora Caigo y dejó sin palabras a Darío Barassi al revelar detalles íntimos de su personalidad

La mujer sorprendió al conductor con un análisis que desnudó aspectos desconocidos de su personalidad

El público de Ahora Caigo no podía prever lo que estaba a punto de suceder. Una numeróloga descolocó a Darío Barassi al revelar datos íntimos sobre su personalidad en pleno programa en vivo. Nada de lo que siguió fue parte del habitual ida y vuelta con los participantes ni de las bromas ensayadas del conductor, que siempre encuentra una salida ingeniosa para cada situación. En esta ocasión, el asombro le ganó la partida.

La numeróloga, segura de su método, comenzó su diagnóstico en voz alta ante el asombro general: “Tu fecha de nacimiento es 5 del 11 de 1983: 5 y 11, 16. Y 1983 suma 21. 16 más 21 es 37. Tu sendero natal de vida es un número uno. El que manda, el que da órdenes. Que no le gusta que le digan lo que tiene que hacer”, recitó. El estudio quedó en silencio durante un instante; el propio conductor, por primera vez, se mostró sin palabras.

¿Era posible tanta certeza? Hasta el siempre lúdico presentador lo admitió con sinceridad: “Me conoce. Me gustó, señora”. Las palabras parecían escritas a medida. Pero la especialista quería llegar más lejos, como empujada por ese magnetismo de los secretos bien guardados. Todavía tenía más números por explicar.

En tono casi místico, continuó: “El 5 dice: ‘ojo con los excesos’. Y el 11 dice: ‘estoy para el público’”. Una verdad incómoda y luminosa, imposible de negar. El propio Barassi lo reconoció sin dudar: “Bien, me gusta, me define bastante”. Pero la numeróloga no se detuvo ante la sorpresa y explicó: “Y 5 y 11 son 16, la intuición”, al construir un puente directo hacia otro de los rasgos centrales del conductor.

Bajo la luz de los reflectores y con todos los ojos puestos sobre él, Barassi se expuso aún más. Fue entonces cuando la numeróloga, con esa mezcla de intimidad y certeza, le entregó la frase final, pinchazo de verdad, que dejó al aire una leve incomodidad: “Sos perfeccionista, solitario. Le gusta saber la vida de todos, pero no quiere contar la suya”. En ese instante, las risas llenaron el estudio, pero el conductor no las usó para escapar. Solo acentuó, con su sello y una sonrisa resignada: “También es cierto. Un aplauso para la señora”.

Mientras el público estallaba en carcajadas y aplausos, Barassi buscó su defensa cómica: “Sáquenle el micrófono urgente”. ¿Quién puede resistirse a la precisión de un extraño que revela lo inconfesable a partir de los números? La escena quedó grabada, una muestra inesperada de vulnerabilidad en el show por el que desfilan los más variados personajes: porque, a veces, hasta los que siempre ríen pueden quedarse sin palabras, como en este caso el propio conductor.

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