David Bisbal: de su vocación fallida a la enfermedad de su padre y la necesidad de seguir adelante
Desde su debut en Operación Triunfo en 2001, el nombre de David Bisbal ha trascendido el pop latino con una trayectoria de más de dos décadas, nueve álbumes de estudio y millones de discos vendidos que lo han consolidado como una de las figuras más importantes de la música hispana.
De paso por la Argentina, donde aterrizó por unos días para cantar como invitado de Luciano Pereyra en el Movistar Arena, el almeriense hace una pausa para dialogar con LA NACION, donde analiza un momento crucial de su trayectoria: el regreso al sonido orgánico y analógico que plasmó en Todo es posible en Navidad, un disco de standards navideños grabado junto al productor argentino Cheche Alara, que el próximo 4 de noviembre sumará una canción nueva, “Navidad sin ti”, y lo llevará de gira próximamente. Parece que han formado buen tándem con Alara, porque ya está grabando en Los Ángeles el que será su próximo trabajo en los míticos Henson Studios, donde se registró nada menos que “We Are the World”.
Más allá de los escenarios, Bisbal abre una ventana a su vida personal. Reflexiona sobre su vocación fallida como Guarda Forestal, habla con franqueza de la enfermedad de su padre y de la importancia de su familia como pilar fundamental para seguir adelante.
-¿Cómo surgió la idea de hacer un álbum en torno a la temática navideña?
-Este disco surgió allá por 2009. Por entonces ya estaba trabajando en mi proyecto más acústico, con arreglos más elaborados y personales y con nuestro CEO, Jesús López, pensamos que sería una buena idea. Luego lo grabamos con Cheche Alara, todo de manera analógica, como se grababa hace 40 años, y de esa manera hemos conseguido un disco clásico y atemporal. He disfrutado mucho de las sesiones de grabación de la sinfónica [junto a la Budapest Art Orchestra], de los metales, de los mariachis, de cantar conjuntamente con los músicos, y sobre todo haber tocado en los estudios de West Hollywood, donde tantos artistas han dejado su marca.
-¿Y cómo es tu relación con la Navidad?
-Es una relación exquisita. La recuerdo como un momento en el que el colegio se paraba y te encontrabas con tus primos, tus familiares… se comían esos turrones, las peladillas [almendras confitadas], los surtidos [una selección de los dulces y especialidades de repostería tradicionales] y por supuesto, recibías muchos regalos. Esa celebración del nacimiento de Jesús es un poco una mezcla de todo eso. Después llegaban los Reyes Magos, un momento maravilloso. Sobre todo me recuerdo esos momentos familiares, cantando villancicos populares. Imagínate toda esa rumba flamenca. De hecho, hay una canción dentro del disco que se llama “Los peces en el río”, que nació como un tema popular y poco a poco se ha convertido en un villancico. Nosotros lo hicimos versión rumba y así quisimos también grabar un tema muy caribeño de Navidad que es “El burrito Sabanero”, que la gente en España no lo conocía tanto, salvo en las Islas Canarias, y para mí ha sido una emoción muy grande poder grabarlo.
-¿Estás preparando la primera gira cantando estos villancicos?
-Sí, ya estoy deseando meterme de lleno con los ensayos. Como Navidad es una fecha muy concreta, la gira podrá comenzar como mucho el 15 de noviembre, y terminar en Nochebuena. Este año va a ser en España exclusivamente, y para la Navidad de 2026 pensamos traerla a Latinoamérica.
-¿Alguna vez pasaste una Navidad en la Argentina o algún país latinoamericano?
-Yo creo que sí, alguna me habrá tocado. Recuerdo haber estado en Brasil. ¿Lo dices por el clima?
-Y las costumbres… ¿son similares, o que diferencias encontrás?
-Bueno, lo más parecido que encuentro aquí es la unión familiar, algo que no cambia nunca en el país que esté, y la cena especial con amigos o familiares. Como diferencia, obviamente estar en manga corta, cerca del mar, es algo distinto. Además, aquí seguramente no se cantan esos villancicos tan populares de flamenco. Por otro lado, en España no somos mucho de Papá Noel, siempre hemos sido más de Reyes Magos. Quizás recién ahora, últimamente, lo he sentido más presente. Pero recuerdo esa Navidad que me tocó estar en Brasil, todo el mundo en bañador y Papá Noel ahí en la playa, directamente de Laponia a Copacabana [risas].
-En el documental que estrenaste en 2023, Bisbal (Movistar Plus+) contás que si no lo hubieras conseguido tener éxito como cantante, habrías sido guarda forestal. ¿Cómo es eso?
-Sí, estaba a punto de formarme como Guarda Forestal, una formación profesional que me encanta. Creía que en mi tierra de Almería, en Andalucía, pues tenía salida, y siempre me ha gustado mucho el contacto con la naturaleza. Además, alguna parte de mi tierra está protegida, y realmente me veía protegiendo y trabajando allí, rodeado siempre con naturaleza. Pensaba que efectivamente podía tener un trabajo inmensamente bonito.
-Bueno, al menos despuntás tu gusto con los bonsáis…
-Sí, tengo alguno que otro, es cierto que tampoco tengo mucho tiempo para dedicarles, y el bonsái necesita mucho cuidado, trasplantes continuos, podas. En España, al igual que en la Argentina, tenemos las cuatro estaciones, y es muy bonita la vegetación tanto en Andalucía como en el norte, un montón de naturaleza que me encanta. El jardín es como tener un poco de naturaleza en tu casa, y siempre viene genial para estar en contacto con esas sensaciones
-Otro de los momentos más sensibles del documental son las imágenes con tu padre, enfermo de Alzhéimer. Seguramente tu experiencia puede reconfortar a muchas personas que están pasando por lo mismo.
-Mi padre tiene una mezcla de muchas cosas, no creo que sea Alzhéimer solamente. Él fue boxeador profesional toda la vida, siete veces campeón de España en diferentes categorías, pero por muy bueno que seas, esas microlesiones al final hacen que en algún momento llegue a tu vida un nublo, por así decirlo. Hace cinco o seis años fue la última conversación más real con él que puedo recordar. Luego del nacimiento de mi hijo jugaba a hacer de periodista y le preguntaba cosas, y tengo alguna cosa interesante grabada de ese entonces. Pero llegó un momento en que ya no se acordaba de mí, ni de mis hermanos, solamente se acordaba de mi madre. Ha sido progresivo, y poco a poco te vas acostumbrando. Un día ya no se acordó de sus nietos, eso ha sido duro. Pero ha llegado un momento en que lo he asimilado, y lo más que puedo hacer es darle todo mi cariño. Aunque no me reconozca, el abrazo lo recibe siempre, le encanta recibir un abrazo, te sonríe. Aquella entrevista que le hice a mi padre la grabé con un fin. Tal vez en cada casa hay algo que te pone triste, pero como sea tienes que salir adelante. Sé que siempre he sido muy íntimo, por así decirlo, pero me parecía que al contarlo podía ayudar a otras personas que están viviendo algo similar, que tienen esa piedra en el camino. Hay que intentar sortearla para seguir adelante.
-Sos padre de Ella (15), Matteo (6) y Bianca (5). ¿Cómo sos como padre?
-Yo soy un padre muy activo, no lo concibo de otra manera. Me encanta llevar a mis hijos al colegio, recogerlos a la salida; me gusta ir a las actividades extraescolares, estar en los momentos especiales dentro del colegio. Mi familia lo es todo, un pilar fundamental y muy importante, lo que me da fuerza para hacer música. Cuando canto o grabo, pienso mucho en ellos, y cuando pase el tiempo, me gustaría que tanto mis hijos como mi mujer se sientan orgullosos de mi trabajo.
-Empezaste con el mundo latino, después pasaste al pop rock, a la electrónica y al acústico, diferentes trabajos que fueron premiados. ¿Cuál fue la decisión arriesgada tomaste en tu carrera?
-Probablemente, una de las decisiones más arriesgadas fue grabar un disco acústico como Una noche en el Teatro Real, y después Una noche en el Albert Hall de Londres cuando la música electrónica estaba al cien por ciento. Si bien grabé algún disco así, luego hicimos todo lo contrario, y era muy peligroso. O te estrellabas o te destacabas, por así decirlo. Eso fue muy interesante. Hicimos algo muy bonito, y me dio la posibilidad de empezar a recorrer esos primeros pasos como crooner, con un smoking, poca instrumentación, muy buenos arreglos y el micrófono con cable. El mundo acústico fue un punto de inflexión muy importante en mi carrera y hasta me ayudó a descubrir matices nuevos en mi voz. Me dio la posibilidad de ir por toda Latinoamérica y Europa, y encima nos premiaron con el Latin Grammy a mejor álbum de pop tradicional.
-Dentro de poco estás por celebrar el 25º aniversario de tu carrera artística: ¿cómo definirías este momento?
-Como un momento maravilloso. Por un lado me siento muy vital, con esos cuidados que necesito para poder defender mis canciones, que son muy difíciles, tanto tonos por abajo como la tesitura por arriba, y me siento mucho más preparado que en años anteriores en mis conciertos en directo. Al mismo tiempo, los artistas que están empezando me ven como un artista más clásico, me lanzan su respeto, y me encanta eso. Si además le sumas que estoy teniendo la oportunidad de grabar discos legendarios con este sonido real, como se grababa hace 40 años, no puedo pedir más, estoy muy contento.
-¿Cómo te ves en el futuro?
-Es difícil, pero me gustaría tener la posibilidad de seguir defendiendo canciones gigantes, con melodías interminables y letras excelentes. Ojalá que vuelva esa tendencia de grabar música de esta manera, llamando al músico con una partitura, aprendiendo de los ingenieros, aunque siempre he sido un cantante que le ha gustado mucho estar en la actualidad musical, no dudaría en seguir aprendiendo y seguir tocando diferentes géneros musicales.

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