“Descubrimos una red enorme de recaudación y corrupción”, dijo Stornelli sobre el juicio de los Cuadernos
A pocas horas del inicio del proceso contra Cristina Kirchner y ex funcionarios, el fiscal resaltó la magnitud de las pruebas sobre el manejo de millones de dólares en efectivo por parte de la cúpula política y empresarial
“Claudio Uberti contó que llegó a ver bolsos con sesenta millones de dólares en el departamento de los Kirchner”, declaró el fiscal federal Carlos Stornelli al detallar los aspectos centrales de la causa de los Cuadernos de las coimas, cuyo juicio inicia hoy ante el Tribunal Oral Federal N°7. La investigación involucra a la ex presidenta Cristina Kirchner, a ex altos funcionarios y a empresarios, y está considerada la mayor trama de corrupción de la historia argentina por la magnitud de pruebas, implicados y sumas manejadas.
Stornelli señaló que la estructura de recaudación involucraba a funcionarios y empresarios ligados a la obra pública, con puntos fijos de entrega de dinero: “Dependiendo de quién era el recaudador, a veces el dinero se entregaba en la Quinta de Olivos, otras en la Casa de Gobierno o en el departamento particular”. Según lo reconstruido en el expediente, el dinero efectivamente transitaba en bolsos y valijas, y era conducido semanalmente mediante vuelos oficiales hacia la Patagonia, custodiado por colaboradores de máxima cercanía como Daniel Muñoz. Varias fuentes señalaron que el propio Muñoz viajaba en cabina junto a los bolsos, acomodándose arriba de ellos durante los traslados presidenciales.
Las declaraciones también revelan cómo, por la magnitud del dinero físico, se adoptaron estrategias para optimizar el espacio disponible. En uno de los segmentos de la entrevista, Stornelli recordó el testimonio del contador Víctor Manzanares, quien contó que parte de los fondos eran cambiados de dólares a euros por su menor volumen. “Al acumular tanto efectivo, el billete de euros ocupaba menos lugar. Por eso decidían cambiarlos, hasta que el euro subió y volvieron a los dólares”, precisó el fiscal, subrayando cómo las maniobras de ocultamiento y traslado de dinero llegaban al extremo detalle logístico.
Desde la perspectiva judicial, el caso conocido como Cuadernos de las coimas alcanza dimensiones inéditas. El juicio que comienza este jueves no solo reúne un número extraordinario de acusados, sino que implica a las máximas figuras de la política y a los principales grupos empresarios del país. Figuran en el banquillo la ex presidenta Fernández de Kirchner, los ex ministros Julio De Vido y Roberto Baratta, el financista Ernesto Clarens, el remisero Oscar Centeno y otros funcionarios y empresarios. Según la acusación, la asociación ilícita presuntamente funcionó entre 2003 y 2015, recaudando sobornos a cambio de la asignación de obra pública y contratos estatales.
Al ser consultado sobre el impacto del caso en su trayectoria, Stornelli reconoció la excepcionalidad: “Lo viví bien, más allá de que hubo que atravesar todo el sistema de persecuciones, de armado de causas, de todas las cuestiones mafiosas en el medio. Las expectativas son amplias por dos motivos: primero, porque hay muchísima prueba y segundo, porque tenemos a una gran fiscal. Estoy muy confiado… Es gente que quizás puede demostrar su inocencia, no lo descarto, pero tengo grandes expectativas”.
La trascendencia institucional y social del juicio, sumada a la cantidad de confesiones “sin precedentes” y al rol de la prensa en el inicio del caso, suman elementos que, a criterio de Stornelli, explican por qué la causa Cuadernos concentra la atención pública. Para el fiscal, “pudimos descubrir una red enorme de corrupción y de recaudación en la administración pública y en la obra pública, que no tiene precedentes por la cantidad de hechos, la cantidad de imputados y los niveles a los que se logró llegar”.

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