Lo que falta para el acuerdo con el FMI: reunión informal en el directorio, búsqueda de votos y diseño de la letra chica

Resuelta esta semana la parte legislativa de la negociación para un programa nuevo con el FMI, el Gobierno ahora se dirige hacia la concreción de un entendimiento técnico con el staff del organismo para poder llegar a fines de abril, coincidente con la reunión de primavera del Fondo Monetario en Washington a la que asistirían Luis Caputo y Santiago Bausili, con el proceso al borde de su aprobación.
El presidente Javier Milei agregó como mojón en la hoja de ruta inicial que había planteado el ministro de Economía -que el acuerdo estaría terminado antes de que termine el cuatrimestre, es decir a fines de abril- una instancia de consenso técnico con el staff a mediados de abril. Si ese fuese el caso, quedaría un margen de algunas pocas semanas para que el board pueda sentarse a definir una luz verde final sobre el caso argentino.
El Fondo Monetario Internacional acelera también sus propios procesos burocráticos para llegar en las próximas semanas a tener un programa nuevo aprobado con la Argentina. El organismo inició una ronda de consultas no oficiales entre el equipo técnico y el directorio para informar sobre el avance de las negociaciones y que, así, el trámite argentino llegue sin sorpresas al día en que sesione la junta.
Según una fuente con conocimiento del funcionamiento interno del organismo, para los programas de acceso excepcional (por encima de la cuota correspondiente) como los que viene firmando la Argentina desde 2018, esa instancia de “preaviso” a los directores es una práctica común.
Otro ex integrante del Fondo recuerda también que en algunos casos ese raid de reuniones previas se realizan directamente en las oficinas de la gerencia del FMI con un grupo de directores, en general, los que tienen mayor participación accionaria. El objetivo de estos encuentros informales es contar con la mayor cantidad posible de apoyo cuando sea el momento del debate. Estados Unidos es el accionista mayoritario, con 16% de participación, y su aval es indispensable ya que se requiere un 85% de las voluntades para que el programa prospere.
Antes y después de que quede establecida la letra chica del Staff Level Agreement (SLA) con el monto determinado, la estructura del programa con sus tiempos de desembolsos, la cantidad de revisiones, sus metas trimestrales y agenda de reformas estructurales, toman participación en el proceso un grupo de departamentos que funcionan como apoyo al staff y que dan el visto bueno sobre el resultado del toma y daca con los funcionarios de algún país.
En el caso argentino, el Departamento del Hemisferio Occidental, que conduce Rodrigo Valdés pero que por razones de fuerza mayor es representado en la negociación por Luis Cubeddu, es el que encabeza la negociación. También están involucrados el Departamento de Finanzas, que evalúa la capacidad financiera del FMI para prestar, estima el monto inicial del programa y colabora para definir el tamaño del préstamo y la secuencia de desembolsos.
Luego pasará por el departamento de Legales, en el que se analizará si el programa a firmar está en línea con los requerimientos del Fondo Monetario pero también los del país en cuestión. Este último punto fue especialmente crítico en esta negociación. La Argentina tiene vigente la Ley 27.612, conocida como “Ley Guzmán” que prevé que este tipo de programas tengan aval parlamentario. El Gobierno autorizó el acuerdo vía DNU y el PJ comunicó que rechaza los términos legales por los cuales se aprobó esa negociación.
También deberán expedirse los departamentos de Estrategia, Políticas y Revisión, que evaluará riesgos y el esquema de metas macroeconómicas que estarán incluidas; el de investigacion (research) que tiene como misión hacer proyecciones macroeconómicas como inflación, crecimiento del PBI, balanza de pagos o deuda; y de Gestión de Riesgos, de influencia en la opinión final del board, entre otras oficinas.
Por lo pronto, en el Ministerio de Economía mantienen el hermetismo sobre los próximos pasos en esta última milla de negociación. Aseguran que no será necesario un viaje específico del equipo económico para continuar la pulseada técnica con el staff pero que “lo importante es lo que defina el directorio”. Esto tiene que ver con la confusión que asomó en el mercado por declaraciones de Caputo, dos semanas atrás, sobre que había consenso con el staff sobre montos y la continuidad del programa, pero en los últimos días el Palacio de Hacienda mencionó que la cifra final no está determinada y que dependerá de la decisión del directorio.
Aunque el monto total del acuerdo aún se oficializó, estimaciones de mercado sugieren que podría oscilar entre 20.000 y 25.000 millones de dólares. Este financiamiento incluiría la renovación de vencimientos de deuda existentes -unos USD 14.000 millones solo de refinanciación de capital- y otra porción de deuda nueva para cancelar Letras Intransferibles.
Hay un evento clave en el calendario que, en las próximas semanas, puede marcar el destino del acuerdo. Entre el 21 y 26 de abril tendrá lugar en Washington la reunión de primavera en el hemisferio norte del Fondo Monetario y el Banco Mundial, una cita que suele reunir no solo a la conducción de los organismos internacionales sino también a los ministros de Economía y banqueros centrales.
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