Sergio Dalma: su radical cambio de vida y su rol como abuelo

  • icono tiempo de lectura13 minutos de lectura

EXPORT FINAL PIA SERGIO DALMA
EXPORT FINAL PIA SERGIO DALMA

Mientras que en los 90 nos hacía “Bailar pegados”, ahora nos dice “Sonríe que estás en la foto”. Ya han pasado 35 años de carrera y su esencia sigue intacta. Es que, a través de sus canciones, Sergio Dalma ha intentado emocionarnos, alegrarnos y también hacernos olvidar un poquito de las preocupaciones. “Nos hace falta refugiarnos en cosas como la música para sobrellevar ese día a día de tantas noticias negativas (…) A veces nos hace falta ese empujón para levantarnos y creo que con la música lo podemos conseguir”, reflexiona el cantante español mientras se prepara para cerrar su gira mundial en Argentina.

Su tour, que llega a Río Cuarto y pasará por Mendoza y Rosario, tendrá su broche de oro el próximo 23 de marzo en el Movistar Arena. “Es una gira de celebración porque 35 años es motivo para celebrar con tu público”, comenta quién considera a Argentina su “segunda casa”.

–¿Cómo te tiene esta vuelta?

–Llevamos ya como dos años y algo que no veníamos. Con ganas de hacer sonreír a la gente, hacerles más felices como dice el tema “Sonríe porque estás en la foto”. Tengo la suerte de pisar Monte Maíz (Córdoba) que no hemos estado nunca. También vamos a Río Cuarto, Mendoza, Rosario y Buenos Aires, por supuesto. Un buen recorrido.

Sonríe porque estás en la foto. ¿Por qué se llama así tu último disco?

–Nosotros teníamos el disco prácticamente ultimado, el repertorio ya cerrado y me llaman y me dicen: “Te mandamos un tema que tienes que escuchar”, y era este. Era perfecto porque da la idea global de todo el trabajo. Además que creo que es una buena terapia enfrentarse a la vida siempre con una sonrisa.

–¿Es lo que vos hacés también, sonreír para todo?

–Siempre digo que tengo la cara arrugada de tanta sonrisa (risas). Creo que es necesario. A lo mejor nos hace falta refugiarnos más en cosas como la música para sobrellevar ese día a día de tantas noticias negativas y pésimas.

–¿La vida te hizo sonreír mucho más de lo que esperabas?

–Por suerte, sí. Y si no, yo me he encargado de adentrarme más en lo positivo que lo negativo. Tengo más tendencia a olvidar lo malo y siempre recordar lo bueno. Al principio, mucha gente me decía: “¿Pero por qué te escriben esas canciones cuando tú eres un tipo optimista?” (risas). Hay que pasarlo bien, disfrutar de aquellas pequeñas cosas y de los detalles del día a día. Ya tuvimos demasiado aprendizaje con la pandemia.

–La pandemia fue un antes y un después en lo personal porque decidiste irte a vivir cerca de tus padres…

–Llevaba 27 años en Madrid. Soy catalán, de una ciudad cerca de Barcelona llamada Sabadell, y decidí irme a un pueblecito pequeñito a una hora de la casa de mis padres. Somos 70, 100 habitantes. Me gusta la vida de campo y estar más tranquilo. Tomé esa decisión también para estar más cerca de mi familia y estoy feliz de haberlo hecho. Creo que en la vida se pasan etapas y ahora me apetecía estar allí.

Sergio Dalmacopyright Victor Salvador

–¿Lo hiciste en el momento que transitabas la pandemia o después?

–Un poquito antes. La pandemia me pilló allá. Fue una época dura que a mí me sirvió para conocerme un poco más y preparar un trabajo donde yo me adentré mucho en él, conviví mucho más con las canciones porque hice como un mini estudio en casa. Como siempre decimos, de todo hay que tomar un aprendizaje.

–¿Y qué conociste de vos?

–La decisión de haber ido a vivir allá era un poco para llevar esa vida más tranquila. Disfrutar del campo, de mi nieto (ahora que soy abuelo). Aquellos años en Madrid tenía a la gente que yo más quiero lejos y ahora necesitaba sentirles más cerca.

–Madrid es un lugar más estratega para llegar a cualquier parte del mundo; ahora imagino que te lleva un poco más de tiempo organizar los viajes, la gira, la logística…

–Sí, la logística es más complicada porque tengo que pillar un tren y hasta que llego a Madrid son casi cuatro horas. Allí me espera la banda con todos los músicos y nos vamos luego con la van por todos lados. Pero me compensa porque noto que tengo mucha más energía. Quería eso, una vida más tranquila. Ahora he recuperado la identidad de Josep [Josep Sergi Capdevila Querol es su nombre de nacimiento].

–Pero sos el famoso del lugar…

-No, allí soy uno más del pueblo. Voy a hacer las compras, voy al mercado. Este trabajo siempre me ha gustado porque yo he intentado defender mi papel de persona de a pie. Con los años, he intentado desconectar lo que es la persona del personaje. Yo no podría ser Sergio Dalma las 24 horas del día. Yo termino mi trabajo, desconecto y soy yo.

–Pero en un momento se te habrá hecho difícil…

–Sí, al principio sí porque era muy nuevo. Pero he luchado mucho como persona para que eso no pasara.

–¿Te asustaste?

-Quizás cuando empecé. Claro, se vino de golpe aquel “Bailar pegados”, Eurovisión y hubo un antes y un después. Yo llevaba desde los 16 años cantando como profesional pero, de golpe, te reconocen en la calle. “¿Por qué me miran tanto?”, me preguntaba (risas) y eso a veces te descoloca. Puedes llegar a pensar que estás por encima del bien y del mal y eso es el error más grave; no saber digerir lo que puede ser la fama. Por fortuna, la gente que he tenido al lado (mi familia, mis padres) me han hecho pisar firme el suelo.

–¿Cómo fue para ellos que hayas vuelto?

–Fue importante porque mi padre falleció el año pasado y me di cuenta que fue la mejor decisión que tomé para vivir esa etapa con ellos. Les alegró porque no nos veíamos tan a menudo. Ahora cualquier fiesta nos vemos, durante la semana comemos. Yo también necesitaba ese acercamiento.

–Tu mamá debe ser tu gran fan…

–Siempre fue muy crítica conmigo, es una persona a la que le he pedido siempre mucha opinión. Lo que admiro de ella es que es positiva y optimista, siempre ve el lado positivo de las cosas. Es muy mamá, muy gallina que protege a todos.

–¿Y a papá le gustaba la vida de músico?

–Claro, quizás incluso más que mi madre. Yo empecé a los 16 años, tenía que viajar hasta Barcelona y era menor de edad, así que él me acompañaba a esas salas de fiesta donde cantaba con orquestas. Lo disfrutaba mucho, era uno más.

–Recién me hablabas de este Sergio abuelo. ¿Cómo es ver a tu hijo como papá?

–Esas son las sorpresas de la vida. Ahí es cuando notas que han pasado los años y, a la vez, recuperas una serie de emociones porque dices: “Estoy viendo a mi hijo, pero no es mi hijo, es mi nieto”. Porque además son iguales (risas). Además, las reflexiones que puedes tener luego con tu hijo porque yo siempre le decía: “No sé si he sido el mejor padre, pero he intentado imitar lo que mi padre me enseñó a mí contigo”. Y ahora él me dice: “Papá, yo voy a hacer esto con mi hijo” y ahí dices: “¡Caray!”.

–Imagino que muchas veces por la música te tuviste que ausentar…

–Sí, al principio de mi carrera he estado muy ausente en muchos momentos de la vida y eso te da mucha rabia porque no lo recuperas. Pero bueno, tenemos una relación muy intensa, a pesar de que ellos están un poco lejos, pero es especial cuando se crean esos vínculos de hijo, nieto, abuelo.

–¿Te haces el tiempito para ir a verlos?

–Sí, hago muchas videollamadas y es muy gracioso porque él pilla el celular y lo abraza (risas). Hay que disfrutarlo. Hay que saber compaginar una cosa con la otra y con los años hemos aprendido.

–¿Cómo te sentís hoy musicalmente?

–Cuando escucho esas canciones del principio noto que la voz ha evolucionado, ha cambiado. Es una voz que ahora tiene otros matices, más madura. Uno tiene un equipaje más amplio. Nunca hubiera imaginado que podría llegar a esto. A la vez, le doy mucha importancia a trabajar con nuevas generaciones. Con este último trabajo, he trabajado con autores y productores muy jóvenes. Incluso en la banda ha entrado gente nueva. Siento que esta evolución la he podido conseguir al trabajar con gente nueva; sin perder mi estilo y mi esencia.

–¿Y el público lo acepta bien? Porque tenés como ese grupo de fanáticas que dice: “No me lo cambien”…

–Nooo, yo soy el primero que por respeto a ellas y a mí mismo, no puedo cambiar (risas). Pero también están acostumbradas a que las sorprenda. Creo que este último trabajo, al igual que el anterior, ha sido un paso adelante, sin perder la esencia. Pero lógicamente en los shows, no faltan los clásicos.

–Treinta y cinco años de carrera es mucho tiempo. ¿Te fue difícil en algún momento?

–Cuando entras en bucle con este trabajo te das cuenta que vas a una velocidad tan rápida que ha pasado todo muy deprisa. Curiosamente ahora que es todo inmediato, yo lo que quiero es saborear un poquito más todo.

–¿Los nuevos estilos musicales te gustan?

–Bueno, hay cosas que me gustan más que otras. Evidentemente, por deformación profesional, escuchas un poco todo. Sobre todo, porque tienes la posibilidad a través de plataformas musicales de tenerlo todo mucho más al alcance.

–¿Te gustaría hacer algo con algún artista argentino?

–Sabes que nunca me planteo eso. Cuando empezamos a trabajar un nuevo proyecto, a veces la canción te pide: “Ay, esa canción podría ser un dueto, ¿con quién podríamos hacerlo?”. Pero luego me parece una putada cuando le tienes que decir a un compañero: “¿Oye, te apetece hacer esto?”. Siento que lo metes en un compromiso y a lo mejor al tipo no le apetece. Cuando yo tengo que participar en el proyecto de un compañero, me exijo muchísimo porque quiero estar ahí a tope.

–¿Cómo es el show que vamos a ver?

–Hay una parte que está basada en este último trabajo Sonríe porque estás en la foto y luego, tengo el reto de resumir 35 años sin que quede pesado o largo. Hay mucha nostalgia pero también ganas de que la gente baile. Es una celebración. Hoy en día cuando uno va a ver un espectáculo intenta evadirse de lo que ocurre a su alrededor y pasarlo bien.

–Sos muy futbolero. Sé que sos del Barça…

-No, no soy del Barça. He sido mucho tiempo socio del Madrid y ahora sigo bastante al Girona porque me pilla muy cerca.

-Yo te iba a preguntar por Messi porque pensé que eras del Barça…

-Ah no, pero eso es indiferente. Tú has dicho que soy futbolero y como futbolero me tiene que gustar Messi, Maradona… Ver un tipo como él, verlo jugar es increíble. A él no lo conocí, a Diego sí. Recuerdo aquellos shows de Ritmo de la noche, donde una vez coincidí con él y tengo una foto.

-Justo en Argentina comenzó el juicio por su muerte…

-Sí, sé que es un momento delicado pero a veces tendemos a quedarnos con la última imagen o con lo que está pasando ahora y es mejor recordarlo en todo su apogeo y con todo lo que significó.

-¿Cómo ves esta Argentina a la distancia?

-Siempre estoy pendiente. Yo tengo muchos amigos acá después de tantos años entonces cuando escuchas cualquier noticia de la gente que tú quieres, pues lógicamente te preocupa o te interesa. El mundo está muy convulso, por eso ojalá que la música sea un buen refugio para sobrellevar un poco todo esto.

-¿Hablas de política?

-Muy poco. En una intimidad muy íntima porque cuando tienes una cena hay cosas que es mejor no tocarlas: el fútbol, la religión, la política. No, porque si no se puede picar el vino e indigestarte (risas). Fíjate toda la serie de cosas que pasan y a veces te das cuenta de que realmente está todo más politizado de lo que nos imaginamos. Eso te inquieta y te da rabia.

-¿En la industria de la música sentís que también pasa lo mismo?

-Todo ha cambiado, la sociedad ha cambiado. La industria de la música también se ha visto obligada a regenerarse y a cambiar aunque en algunos momentos era necesario que así suceda. Ya uno trabaja más libre, aunque yo siempre he tenido mucha libertad en todos los sitios que he estado.

-¿Qué te gustaría hacer, además de seguir conociendo escenarios de distintos rincones del mundo?

-Ya he pisado escenarios que nunca me hubiera imaginado. Tampoco hubiera dicho que iba a grabar 22 discos o a tener 35 años de carrera. Así que pienso seguir disfrutándolo. Quiero que nunca falte esa ilusión y esas ganas por hacer algo más. Cada vez que tengo que subir a un escenario son nervios, adrenalina. Lo mismo cuando empiezo un nuevo un proyecto; es necesario jugar con emociones, con ilusión sino, no funciona.

-En 35 años de carrera seguramente te deben haber pasado muchas cosas inolvidables…

-Hay muchas noches inolvidables. Cuando estuve 15 años ausente de Argentina (fueron años de mucho dolor e impotencia), el primer show que hicimos con fue muy emocionante porque era reencontrarme con aquel público que me estaba esperando. Otros momentos importantes fueron cuando yo representé a España en el Festival de Eurovisión en el 91 o en 2012, cuando fui a San Remo como artista invitado. Son muchas fotografías que uno tiene en la cabeza.

-¿Por qué estuviste 15 años sin venir?

-Bueno, porque no entraba en los planes de una compañía de discos. Curiosamente, me fui de la anterior con un disco de oro bajo el brazo y con esa no funcionó. Fue una ausencia larga y dura porque dejaba muchos amigos acá pero el regreso con aquella canción de “El Mundo” para aquella tira de Telefe fue muy importante. Además, me sentí muy querido. No noté aquella ausencia por parte del público; digamos que se mantuvo intacta esa fidelidad.

-¿Tuviste miedo?

-Sí, yo venía como si empezara de cero y la gente me recordaba. O sea, que marcó mucho ese “Bailar pegados” y “Esa chica es mía”.

-O sea que, después de tantos años, te propusiste empezar de cero en un lugar…

-Pero eso siempre. Cada vez que saco un nuevo trabajo, lo pienso como si fuera el primero o el último porque nunca sabes; y por eso te vuelcas al máximo. Al final es un resetearse constante. Yo siempre parto de la base de que uno nace y muere cada día y esa es una forma de vivirlo todo muy intensamente.

-Conocemos al Sergio arriba del escenario pero, ¿qué hace el Sergio que está en su casa? ¿Qué le gusta?

-Soy muy familiar. Cuando tengo tiempo me gusta cocinar un poco; cocino con la copita de vino (risas). Disfruto de mi casa, de quedar con amigos, de ir al mercado, de hablar con la gente de cada puesto. Allí soy un vecino más.

-¿Hoy estás soltero, estás enamorado?

-Uy, de mi vida privada hace tanto tiempo que no hablo. Estoy feliz; más feliz que nunca. Será que me tratan bien (risas).

Conforme a los criterios de

Los comentarios están cerrados.